Las cocinas están cada vez más integradas en el hogar y, como consecuencia, el desayunador ha evolucionado para tener muchas más funciones.
Antaño, en este tipo de muebles no entraban más de una o dos banquetas, y su uso estaba destinado únicamente al que su nombre indicaba: desayunar.
Sin embargo, con el auge de las cocinas abiertas, y en vista de que dicho ambiente ya no es más un espacio separado de la vida del hogar, sino que está integrado en el mismo, el desayunador ha ido cambiando en forma, tamaño y, sobre todo, en usos.
¿Qué características debe tener un desayunador?
Idealmente, el desayunador debería tener el tamaño suficiente como para albergar de manera simultánea a todos los habitantes del hogar.
Esto es importante, pues lo que se busca con esta pieza de mobiliario es lograr que, en determinado momento del día, todos puedan compartir un momento allí.
De esta forma, el desayunador debe estar integrado en la propia cocina, pero también debe dar a otros ambientes de la casa, como por ejemplo el living-comedor.
De esta forma, la cocina podrá estar más abierta al resto del hogar, fomentando el diálogo entre distintos ambientes.
Esto habilita la posibilidad de que, por ejemplo, mientras alguien esté cocinando, pueda haber otra persona haciendo otra cosa en un lugar distinto, pero que aún pueden verse.
Esto estimula la comunicación, la interacción y la colaboración, tres pilares fundamentales para la formación de un hogar agradable.
¿Qué usos se le pueden dar?
El desayunador puede ser, entonces, una excelente manera de dividir los espacios entre la cocina y la sala de estar, logrando mantener esa sensación de apertura y libertad que las cocinas abiertas proveen.
Además de eso, y de su clásico uso para desayunar, puede emplearse para disfrutar todo tipo de comidas.
A su vez, el desayunador puede emplearse como una extensión de la mesada de la cocina, aprovechando su lisa superficie para elaborar todo tipos de preparaciones. Desde amasar hasta cortar, todo es posible en el desayunador.
Sin embargo, el uso de este mueble no debe restringirse únicamente a la cocina. Como ya hemos dejado claro, la idea es que la cocina deje de ser vista únicamente como un lugar en el que se cocina, y que pase a ser un núcleo de la vida hogareña.
Por lo tanto, el desayunador debería empezar a cumplir el rol de una mesa de usos múltiples, en la cual se puede estudiar, leer, charlar, dibujar, escribir, o realizar cualquier actividad.
De esta forma, la cocina irá poco a poco integrándose al resto de la casa, y expandiendo enormemente sus usos.
Por lo tanto, si tras leer todo esto sentís que a tu cocina le haría bien un desayunador, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros.
En T-aller Buenos Aires tenemos años de experiencia en el diseño de cocinas abiertas, modernas y funcionales.
Trabajamos con materiales de primera marca, y proveemos muestras de los mismos desde el minuto uno.
Elaboramos la totalidad del diseño en conjunto con nuestros clientes, para asegurarnos de que el resultado final supere ampliamente sus expectativas.
¿Qué opinás del desayunador? ¿Qué otros usos le darías? Compartilos con nosotros en los comentarios.